La mayoría de nosotros, cuando pensamos en la contaminación, nos vienen a la mente palabras como la atmósfera, coches, fábricas etc, todas ellas relacionadas con un ambiente exterior, cuando la realidad es que según algunos estudios el aire interior está 3 veces más contaminado que el exterior y pasamos el 95% de nuestro tiempo en lugares de interior (dígase trabajo, casa o coche).
Los hábitos diarios y los productos del mercado, nos llevan a una interminable lista de sustancias tóxicas con las que convivimos a diario, tales como las de la ropa, los productos de limpieza, los químicos en los cosméticos, los metales pesados y pesticidas en la comida, pero también hay sustancias tóxicas en muchos materiales de construcción y sobretodo superficiales, que tienen contacto directo con nosotros y con el aire que respiramos, como por ejemplo: las pinturas, lacas, barnices, adhesivos, plásticos, colas, aislantes térmicos, acústicos… que en su mayoría suelen contener COVs (compuestos orgánicos volátiles) o semivolátiles, que según sea el material pueden ser más o menos tóxicos, incluso en algunos de ellos, la toxicidad es muy duradera, por lo que resultan peligrosos.
Tenemos muchos tóxicos a nuestro alrededor que pueden crear efectos dañinos para nuestra salud, la de nuestra familia y la de nuestro planeta.
Para subsanar esta contaminación en la medida de lo posible (lo que está en nuestras manos) tenemos que ser conscientes de su existencia y empezar a consumir productos libres de tóxicos.
Hay muchas alternativas saludables para todo tipo de productos (alimenticios, cosméticos…), pero trataremos aquí en especial, las de los materiales que nos ofrece la bioconstrucción.
Cuidando los materiales de acabado interior, podemos dar un gran paso para que nuestra casa sea más saludable. No se trata solamente de utilizar materiales nobles, sino también teniendo en cuenta que los tratamientos que se apliquen lo sean también. Os proponemos alternativas según los elementos de nuestra casa.
Suelos de madera, sustituyendo barnices de poliuretano, aceites minerales, betunes o pegamentos para parquet por barnices, lasures o aceites naturales sin tóxicos, suelos de linóleo. Suelos continuos de cal, tierra o incluso yeso natural. Suelo de baldosas de barro cocido, baldosas hidráulicas o piedra natural.
Pinturas: Existen numerosas alternativas para estos acabados con productos naturales y saludables. Se recomiendan las de cal, silicato, arcilla. Existe también una variada gama de colores en pigmentos naturales que se pueden utilizar como aditivos a estas pinturas.
Revestimientos verticales: de tierra, cal o yeso, ya sea de material de acabado como de base. Para zonas húmedas existen hidrorrepelentes naturales en base a aceite de linaza, silicato potásico y otros.
Para techos, merece una mención especial las placas de virutas de madera aglomeradas con magnesita, que libres de tóxicos aportan unos techos absorbentes acústicos de calidad.
Aislamiento Existen numerosos productos para aislamiento térmico sin sustancias tóxicas, como la fibra de madera, corcho, paja, cañamiza… Incluso en formato de manta aislante, muchos de estos materiales tienen capacidad de absorción de sonido y vibración, resultando muy útiles para el aislamiento acústico.
Textiles Algunos materiales textiles alternativos pueden ser las fibras naturales como el cáñamo, lino, seda, sisal, algodón…
Como vemos podemos sustituir los materiales convencionales por productos naturales y de calidad. No son materiales nuevos, siempre han estado a nuestro alcance, pero en un mundo repleto de tóxicos, necesitamos ser conscientes y conocer las bondades y peligros que tienen los materiales con los que nos relacionamos día a día, para intentar vivir en un entorno más sano.